Nuevamente lo más puro y honesto de la humanidad se une para celebrar a una voz su cumpleaños, y se regocija de tenerle entre nosotros; ejercitando su legendaria voluntad, su visión de futuro, su apego a los principios y su fe en la inteligencia humana al servicio de los más nobles ideales de solidaridad y de justicia.
Mientras le acompañamos en el casi milagro de ser al mismo tiempo longevo y arrojado revolucionario, no podemos dejar de reparar en que se ha convertido en padre y en abuelo de generaciones de combatientes; quienes con usted soñamos y construimos el mundo cuya consecución ha inspirado los actos de su fecunda vida.
Desde la altura de sus 82 años ha de ser hermoso el contemplar tan fructífera cosecha de almas y de ideas. Honrado de haber sido tocado por su vida y por su obra, y orgulloso de contarme entre los hijos que por doquier ha sembrado su espíritu, me uno a la humanidad para desearle muchas felicidades.
La reiteración de mi fidelidad y mi compromiso incondicionales con nuestra Revolución seguirán siendo mi regalo por su cumpleaños.
Un abrazo afectuoso.
René González Sehwerert