Esta conversación tuvo lugar el 1 de abril de 2009. Nuestro equipo de grabación recibió permiso del Departamento de Justicia para hablar con el “preso” con la presencia de de un guardia de seguridad en el cuarto. Antes de su detención en 1998, Gerardo Hernández dirigía las operaciones de los demás agentes de seguridad del Estado cubano que se infiltraron en grupos violentos en el área de Miami, con el propósito de detener sus ataques terroristas contra sitios turísticos en Cuba. Tomamos notas detallada y cuidadosamente.
¿Cuál era su misión y porqué?
En EEUU en general, y específicamente en Florida, muchos grupos organizaban y perpetraban actos terroristas en Cuba. Nosotros estábamos recolectando información sobre Alfa 66, los Comandos F-4, la Fundación Nacional Cubano Americana y los Hermanos al Rescate. Han pasado muchos años y espero que no se me haya olvidado nada, pero creo que esos fueron los principales grupos en los que estábamos trabajando (infiltrados).
¿Qué aprendió a través de su infiltración?
Lo primero que me impresionó fue la impunidad con la que operaban estos grupos, violando las propias leyes de EEUU: las Leyes de Neutralidad (de 1790) que disponen que ninguna organización pude utilizar suelo estadounidense para cometer actos terroristas contra otro país.
En el caso de Alfa 66, los agentes tomarían una lancha rápida y dispararían contra objetivos a lo largo de la costa cubana. Cuando regresaban a Miami, organizaban una conferencia de prensa y declaraban abiertamente lo que acababan de hacer.
Y si alguien preguntaba, “oiga, ¿esto no viola las Leyes de Neutralidad?”, ellos respondían, “en realidad no, porque primero fuimos a uno de los cayos en algún lugar del Caribe y después fuimos a Cuba. Técnicamente, no partimos de Estados Unidos”. Hacían esto públicamente y ninguna agencia estadounidense pedía responsabilidades.
¿En qué años?
Esto ha estado ocurriendo desde 1959. Personalmente, empecé a lidiar con esto en los años 90. Desde que estoy aquí, en la prisión de Victorville (California) hace tres años, creo que en 2005 detuvieron a un cubano en este mismo condado con un arsenal, todo tipo de armas en su casa. Y lo primero que dijo fue: “bueno, soy miembro de Alpha 66 y uso estas armas en la lucha por la liberación de Cuba”. Ésa fue su defensa.
¿Los Cinco Cubanos eran todos voluntarios? ¿Cómo se prepara uno para infiltrarse en un grupo enemigo en un país enemigo? ¿Y después actuar como si fueras enemigo de tu país y amigo de ellos?
Sí, todos voluntarios. En mi caso, no soy un militar de carrera. Estudié para diplomático. Me tomó seis años completar mi carrera en Relaciones Políticas e Internacionales. Después fui a Angola, como parte de una misión internacional voluntaria. Y mientras estaba en Angola parece que llamé la atención de los servicios de inteligencia cubanos y al regresar se me acercaron con esta misión. Dijeron, “sabemos que estudió para diplomático, pero usted sabe que nuestro país padece una situación determinada por esos grupos terroristas que vienen de la Florida a cometer todo tipo de crímenes y necesitamos que alguien vaya allí y cumpla esta misión”.
Pude haberles dicho “no, estudié diplomacia, quiero ser diplomático”, pero los cubanos, los que crecimos con la Revolución, sabemos que durante los últimos cincuenta años nuestro país ha encarado casi un ambiente de guerra. En Cuba, el que no conoce personalmente a una víctima de terrorismo, sabe del avión que explotó sobre Barbados y mató a 73 personas (octubre de 1976). ¿Quién no sabe acerca de la bomba (en 1997) que mató a Fabio di Selma (un turista italiano hospedado en el habanero Hotel Copacabana, detonada por un salvadoreño que afirmó que lo había contratado Luis Posada), por mencionar sólo un par de ejemplos? Hubo una guardería infantil que los contrarrevolucionarios incendiaron con un tanque de gas. Estos hechos forman parte de la conciencia cubana. Entonces les dije a los oficiales de inteligencia, “Sí, estoy preparado para cumplir esta misión”.
¿Cómo lograron infiltrarse en esos grupos? ¿Cómo convencieron a gente como José Basulto (dirigente de Hermanos al Rescate), por ejemplo?
Para los cubanos, en este país todo está conectado. Los cubanos en Estados Unidos tienen grandes privilegios, privilegios que no tiene ningún otro ciudadano en el mundo. Los cubanos pueden llegar por cualquier vía, incluyendo pasaportes falsos, y lo único que tienen que decir es “vengo en busca de libertad”, e inmediatamente Estados Unidos les da todos los documentos que necesitan. Así, en el caso de Basulto, por ejemplo, uno de nuestros colegas que se infiltró en los Hermanos al Rescate originalmente había “robado” un avión de Cuba. René (González, otro de los Cinco Cubanos) voló en su avioneta hasta aquí y, como de costumbre, lo recibieron como a un héroe. Recibió muchas atenciones y luego se unió a los Hermanos. Su trabajo era recolectar información sobre esa organización.
Si me pregunta cómo, yo diría que usamos como métodos para la infiltración los mismos privilegios que reciben todos los cubanos cuando llegan a este país; incluso los que secuestraron a otros con ellos, que han secuestrado aviones, o que han puesto una pistola en la cabeza del piloto. Observe a personas como Leonel Matías, que (en 1994 secuestró un bote en Cuba y mató a un oficial naval en el proceso) asesinó a alguien en un bote, llegó aquí en ese bote, con esa pistola e incluso se descubrió el cadáver. Pero a pesar de todo esto, no tuvo que enfrentarse a ningún proceso en el sistema de justicia estadounidense. A esas personas se les perdona automáticamente. Entonces, usando precisamente este tipo de ventajas conseguimos introducirnos a cierto nivel en esas organizaciones.
Cuando menciono a los Hermanos al Rescate, algunos pensarán, “ésta es una organización humanitaria que rescató balseros”. Al contrario, si sus actividades se limitasen a rescatar balseros no tendrían problemas con las autoridades cubanas. Lo que la gente no conoce es que José Basulto, cabeza de esa organización, posee un largo historial terrorista. Fue entrenado por la CIA y se infiltró en Cuba en los 60. En 1962, llegó a Cuba en una lancha rápida y disparó contra la costa cubana, incluyendo un hotel. Hasta Basulto, con esta historia conocida, no tenía problemas mientras limitaba sus acciones a rescatar balseros. En 1995, sin embargo, Estados Unidos y Cuba firmaron acuerdos migratorios especificando que los botes interceptados en el mar no se llevarían a Estados Unidos, sino que se devolverían a Cuba. En ese momento, la gente dejó de contribuir con dinero a Basulto y a su organización porque dijeron, “¿para qué vamos a dar dinero a la organización de Basulto si cuando llame a la guardia costera, simplemente van a devolver a los balseros a Cuba?” Basulto, al ver que su negocio estaba en peligro, inventó esta intrusión (en 1995) del espacio aéreo cubano como manera de que la gente le siguiera donando dinero. Presentó esta evidencia en nuestro juicio. Si la prensa no ha querido poner mucha atención a esto, bueno, no quieren tocar tal material, no les incumbe. Me refiero a los medios de comunicación corporativos. Los documentos muestran enteramente cómo Basulto y los Hermanos al Rescate probaban armas artesanales para introducirlas a Cuba.
Cuando Basulto testificó en nuestro juicio (2001), nuestros abogados le preguntaron qué pretendía hacer con todas esas armas. Todo está en la grabación del juicio, aunque nadie quiere prestarle atención. La gente tiende a hablar de los Hermanos al Rescate como si fueran una organización humanitaria, omitiendo la parte sobre el terrorismo; de la misma manera que omiten el hecho de que el FBI también se infiltró en esa organización. El FBI tenía a alguien dentro del grupo dándoles información sobre las actividades de los Hermanos. ¿Por qué iba a penetrar el FBI en una organización humanitaria?
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Hace 4 meses