jueves, 10 de mayo de 2007

El caso de los Cinco pone en ridículo la política exterior norteamericana

En 1998 de detuvieron y condenaron a cinco cubanos, se les acusó de espionaje y conspiración. Ellos estaban en territorio norteamericano, en el estado de la Florida advirtiendo a las autoridades cubanas sobre planes de atentados contra Cuba que se planificaban en Miami.
Los Cinco estaban insertados como agentes en agrupaciones anticubanas, cuyo negocio es el terror, el contrabando y la violencia.
Informaban sobre los atentados planificados no solo contra Cuba, sino contra otros países de Latinoamérica y contra los propios Estados Unidos de América. El sistema jurídico de ese país les acusa por espiar al sistema de defensa, planificar y conspirar en atentados y asesinatos dentro de ese territorio.
Ante esta triste y bochornosa tragicomedia orquestada en Miami alrededor del caso de los cinco cubanos presos injustamente, es oportuno hacer varias reflexiones.
Históricamente los distintos gobiernos de los Estados Unidos han dedicado recursos y atención a lo que sucede fuera de sus fronteras, y para ello han contados y cuentan todavía con un ejercito de espías; muchos de ellos han sido inmortalizados en filmes y han sido también motivo de escándalos políticos. Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y de la supuesta guerra contra el terrorismo, la Casa Blanca además de crear una oficina de vigilancia y calificar a más de 60 países del Tercer Mundo como Naciones Terroristas, movilizó hacia esos países a varios espías para detectar planes que atenten contra la seguridad nacional de Estados Unidos. Algo similar estaban haciendo los cinco cubanos, alertaban a Cuba sobre los actos terroristas que se iban a cometer, salvando así varias vidas humanas.
La acusación de espionaje deja de tener sentido cuando se analiza la divulgación y propaganda que le dan los norteamericanos a su arsenal militar. Se acusó Ramón, Gerardo, Antonio, René y Fernando de brindar a Cuba información militar que el Ejército de Estados Unidos (USARMY) consideran secretas. La acusación se apoyó en brindaban información sobre la posición geográfica exacta de la base militar enclavada en Boca Chica, Key West, Florida. Pero resulta que los mapas, folletos y otros artículos que contienen este tipo de información se venden y regalan como souvenirs en esa localidad. Las informaciones y datos militares de los Estados Unidos son accesibles en Internet, no son necesarios los espías para conocer cuantos portaaviones y cuantas bases militares hay en determinado estado, porque todo esta en la Red.
Hay más argumentos para llegar a la conclusión de que los Cinco son inocentes. Las condenas que ilegalmente cumplen son injustificadas. Cuba comenzó la guerra contra el terrorismo antes de que la Casa Blanca hiciera su anuncio de guerra contra cualquier oscuro rincón del planeta y los Cinco son evidencia de lo afirmado. Luego de los atentados que pusieron fin a la vida del turista italiano Fabio di Celmo, esos tipos de atentados con bombas dirigidos desde Miami han disminuido.
La interrogante está abierta y exhorta al análisis.

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