En diciembre del 2001, tras casi seis meses de espera después del veredicto de culpabilidad contra los Cinco, se producen las vistas de sentenci El 8 de junio del 2001, viernes, el tribunal de Miami dictó el veredicto de culpabilidad contra los Cinco. Júbilo entre los fiscales, los agentes del FBI y toda la comparsa anticubana y terrorista que allí se reunió; decepción en el rostro de alguaciles honestos y personal de la sala de la Corte que día a día habían seguido el proceso y en su interior reconocían la inocencia de los encausados; "desaliento en los abogados que hasta última hora esperaron un veredicto a nuestro favor, al menos en los cargos más infames y falsos. Indignación sentimos ante tanta injusticia, pero podíamos elevarnos por encima de toda esa injusticia, por encima de tanta ignominia y tanto odio, con la certeza de que nada podría callar la verdad dicha y por decir", según escribiera posteriormente Antonio Guerrero Rodríguez. Concluía de esa manera una etapa del bochornoso proceso contra los antiterroristas cubanos. El caso quedaba concluso para sentencia.
RESUMEN DE PRENSA
Innumerables pruebas presentadas pusieron al descubierto el terrorismo fraguado contra Cuba por grupos criminales asentados en territorio estadounidense. La prensa, sin embargo, se hizo eco solo de aquello que le convenía y puso énfasis siempre en la palabra: espías.
Fragmentos de un artículo publicado en San Petersburgo Times dado a conocer en la Mesa Redonda del 28 de junio del 2001, dieron cuenta, por ejemplo, que "considerado como el juicio de espías más grande de la historia del estrecho de la Florida, el caso prácticamente no ha llamado la atención de la prensa nacional. En parte ello puede ser explicado por la temporada electoral inusualmente intensa en la Florida (¼ ) pero también pudiera tener algo que ver con lo que describió un potencial jurado, posteriormente desechado, quien consideró el caso como el de los cinco espías Mickey Mouse, cuyas acciones no tuvieron prácticamente consecuencias para nadie fuera de la histérica comunidad de exiliados cubanos del sur de la Florida".
Por su parte un reporte del Sun Sentinel dijo que "este no era el mundo glamoroso de James Bond, o sea, no eran estos los superespías a lo que están acostumbrados muchos en las películas, ni las noches de cocteles, ni los autos de lujo, tenían vidas sencillas y presupuestos muy ajustados".
Mientras un cable de la agencia AFP comentó: "Cinco meses de testimonio, frecuentes recesos y algún enfrentamiento verbal han alargado tediosamente el juicio sin aportar luz definitiva sobre la cuestión central. ¿Se trata de peligrosos espías que intentaron penetrar en instalaciones militares estadounidenses o de simples infiltrados en organizaciones anticastristas de la Florida?".
SE CIERRA EL CÍRCULO
Seis meses después de los veredictos de culpabilidad, el 10 de diciembre del 2001 se celebra la vista de sentencia general, donde la Fiscalía indicó que se debía dictar una condena severa. La Defensa de los Cinco se encargó de plantear que los parámetros presentados por el oficial probatorio eran demasiado rígidos y debían modificarse.
Sin embargo, a las 2:30 p.m. de ese día comienzan las vistas de sentencia. Durante la primera jornada la jueza Joan Lenard se limitó básicamente a escuchar los argumentos de ambas partes en los asuntos que eran comunes para todos, o para varios de ellos.
Un detalle interesante: David Bucker, presidente del Jurado que los declaró culpables, estaba sentado en la sala junto con el terrorista José Basulto y otros elementos anticubanos.
Los días 11 y 12 de diciembre, en horas de la mañana, se reiniciaron las labores del tribunal. La Lenard rechazó todas las mociones y argumentos presentados por la Defensa durante la sesión anterior y en la tarde del 12 se celebró la audiencia donde se dictarían las dos cadenas perpetuas, más 15 años de prisión contra Gerardo Hernández Nordelo. La Fiscalía se ensañó, y tipificó los mismos hechos como constitutivos de delito y de agravantes. Ha sido la primera vez en la historia de EE.UU. que alguien es condenado por conspiración para cometer asesinato de primer grado sin que exista absolutamente ninguna prueba. Este es el cargo tres, el de la segunda sentencia de por vida que le pusieron.
En su alegato de defensa, Gerardo afirmó: "Bastaría con leer las declaraciones que hizo a la prensa la figura principal de ese Jurado para comprender que nunca tuvimos la más mínima oportunidad y que influyeron más los prejuicios o las últimas y engañosas palabras de los señores fiscales que los argumentos que se escucharon aquí medio año (¼ ) la Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel. Confío en que si no es en este, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza y se comprenderá que no hemos hecho ningún daño a este país que merezca semejante condena".
Presentes en la sala estuvieron las madres de Antonio, Fernando, René y Gerardo, e Irmita, hija de René, quienes tuvieron que soportar un ambiente muy hostil.
LA MÁXIMA EN TODOS LOS CASOS
Sucesivamente se realizaron el resto de las vistas de sentencia. En cada una de ellas nuestros hermanos expusieron sus brillantes alegatos. Esta fue la única vez durante el transcurso del juicio en que se escucharon las voces de ellos.
El 13 de diciembre, Ramón Labañino fue condenado a cadena perpetua más 18 años. El 14, René González Sehwerert recibe la sentencia de 15 años de prisión, la pena máxima que se solicitaba por los cargos que se le imputaban por conspiración y el de agente extranjero no declarado.
Entre el 17 y el 18 de diciembre se celebra la vista en la que Fernando González Llort fue condenado a 19 años de prisión, la pena máxima por tres cargos principales: conspiración, obtención y uso de documentación falsa y utilización ilegal de documentos de identificación, además de agente extranjero no declarado.
Y el 27 de diciembre se produce la última de las audiencias. A Antonio Guerrero Rodríguez le imponen cadena perpetua, la máxima por los cargos de conspiración, conspiración para cometer espionaje y agente extranjero no declarado. De ese instante recuerda a Granma Mirta Rodríguez, "cuando mi hijo se puso de pie en la sala del tribunal para escuchar la sentencia. No me alcanzaban los ojos para tratar de verlo todo, de pronto me percaté que en las manos de él había un libro: La Historia me Absolverá".
LARGO CAMINO HACIA LA JUSTICIA
Tras las irracionales penas que les impusieron "vino el silencio de toda la prensa estadounidense, incluso el de la mafia y sus voceros, quienes (...) no se cansaron de desacreditarnos, calificándonos como ‘peligrosos espías’. Una sola explicación tiene este silencio: no existen argumentos para nuestras condenas y no quieren que la verdad salga a flote por ninguna vía. Pero la verdad se dijo claramente en el juicio y se ratificó contundentemente en nuestros alegatos. La imagen de esa verdad expresada sin miedo, sin titubeo, es un fantasma que persigue a quienes con la mentira crearon toda esa ignominia", ha expresado Tony.
En enero del 2002, los Cinco fueron trasladados a penitenciarías distantes entre sí. Cada uno tomaría un destino diferente. No se les ha autorizado a comunicarse entre sí, pero no han faltado los saludos y las averiguaciones de cómo está cada uno, por todas las vías posibles.
Y lo fundamental es que como el mismo Tony planteara "nunca hubo desaliento, nunca hubo derrotismo, nunca pudo mellarse nuestra moral, nunca pudieron mancillarse nuestros principios, éramos unos ‘buenos necios’ que en medio de tanto hostigamiento cantábamos las canciones de la Nueva Trova, y cuando no sabíamos la letra exacta, le inventábamos una".
Siete años después de las injustas condenas dictadas en el proceso contra los Cinco, el Onceno Circuito de Atlanta, Georgia, acaba de ratificar la condena a los inocentes.
INSÓLITO
Tony y René son nacidos en Estados Unidos. A ambos, por escrito —para que se compruebe la importancia que tiene para el gobierno de ese país defender a sus terroristas— la Fiscalía les impuso una condena adicional: se les prohíbe acercarse a los lugares por donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas.
Los Circuitos
Existen 12 circuitos o tribunales federales de apelación en EE.UU.; uno de ellos, el Onceno, con sede en Atlanta, Georgia, incluye en su jurisdicción los asuntos provenientes del estado de Florida. Al igual que como sucedió con el caso del niño Elián González, ese tribunal tiene a su cargo el conocimiento y resolución, en segunda instancia, del proceso de los Cinco.
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