lunes, 6 de octubre de 2008

Diez años de injusticia (final) Preguntas, respuestas

“Ningún país debe castigar a los hijos de otro pueblo por las mismas razones que harían héroes a los hijos suyos”, afirma René González Sehewerert

Posee letra de rasgos grandes y legibles. René González Sehewerert no dudó en escribir una extensa carta en respuesta a múltiples interrogantes sobre el ambiente que ha rodeado el caso de los Cinco antiterroristas cubanos, encarcelados en Estados Unidos. Fue en el año 2004. Tiene la virtud de ser un excelente cronista. "Hemos sido premiados con una historia especial", dijo. Es cierto. Fragmentos de esa misiva se han publicado. Granma los reproduce por su vigencia, en el instante en que hemos intentado resumir diez años de injusticia.

¿Por qué te consideras inocente?

"(...) Porque ningún país debe castigar a los hijos de otro pueblo por las mismas razones que harían héroes a los hijos suyos".

¿Por qué crees necesaria la presencia de hombres como tú en un sitio como aquel?

"Hay que mantener a Cuba a salvo del elemento que está hundiendo a Miami".

¿Qué debe saber el pueblo de Estados Unidos?

"Que está, sin saberlo, siguiendo los pasos de la Alemania del Tercer Reich; con la diferencia de que en esta ocasión las consecuencias pueden ser infinitamente peores. Yo les deseo de todo corazón que despierten antes de que sea demasiado tarde. Algunos lo están haciendo".

¿Qué caracteriza a los personajes que se dedican al terrorismo contra Cuba?

"Son una especie en extinción, por suerte, minoritaria, que solo se representa a sí misma; arrogándose una representación que nadie les ha dado con su poder económico y los trucos sucios aprendidos de la CIA, aplicados a la política local de Miami.

"Aunque se disfrazan de todo no son nada: son demasiado calculadores para ser fanáticos. Son demasiado resentidos para ser cristianos. Son demasiado cobardes para ser patriotas. Son demasiado cómodos para ser combatientes. Son demasiado odiadores para ser inteligentes. Son demasiado egoístas para ser demócratas. Son demasiado plattistas para ser cubanos.

"Son unos parásitos patéticos adheridos a la cola de un elefante del que creen ser la cabeza; y se resisten a aceptar que el elefante solo se acuerde de la cola para espantar moscas".

¿Por qué esa mentalidad tan enfermiza?

"Todo comienza con el plattismo. Esta gente creció despreciando a su propio pueblo a través del Llanero Solitario, Superman y todos esos personajes que les enseñaron, metódicamente, que el que se metía con los americanos estaba destinado a la derrota. Ninguna película les enseñó que un grupito de barbudos ahí, para colmo latinos y guajiros, pudieran resistir multiplicados en su pueblo, los embates del gigante norteño.

"Así que se unieron al ganador seguro, a quien además les unía la comunidad de intereses económicos afectada por las primeras medidas revolucionarias. Los americanos no se dejarían arrebatar a Cuba por los cubanos y, al recuperarla, les devolverían su parte.

"Lo que sigue es un reciclaje de aquel odio inicial, multiplicado ante cada fracaso y esperanza perdida. Luego descubrieron que el odio también puede convertirse en dólares si se administra bien, se provee en abundancia y se convierte luego en votos electorales.

"Los votos electorales se convierten en puestos políticos locales, que a su vez terminan materializados en contratos fraudulentos en que se reparte el dinero recaudado por los impuestos, del que luego se utiliza una parte para seguir alimentando el odio en la radio y la televisión, llevando a los ancianos nostálgicos a las urnas para perpetuar el círculo (¼ ) décadas de tal práctica han terminado en esa mentalidad enfermiza".

¿Qué credibilidad tienen en Miami?

"Si la credibilidad tuviera algún peso en la política norteamericana Juan Miguel González habría sido aclamado presidente a su llegada a Washington. En cualquier caso Bush no sería el inquilino de la Casa Blanca bajo cualquier patrón de credibilidad que se decidiera aplicar.

"La actitud mayoritaria del norteamericano medio, expresada en las urnas, es la apatía hacia la política. Este fenómeno se acentúa en Miami donde la política es aún más desprestigiada.

"Eso, en mi opinión, más que un fracaso del sistema es parte de su diseño. Mientras más gente desencantada o por las nubes, mayor la abstención electoral y menor la cantidad de electores potenciales a manipular.

"La mayor parte de los cubanos —y ni qué hablar de los de otras nacionalidades— saben que todo ese estamento terrorista politiquero está lleno de bandidos, pero optan por la abstención y prefieren no complicarse la vida. Hay un grupo creciente de cubanos que están tomando partido en contra de todo eso, pero todavía siguen siendo minoría al oponerse a la maquinaria que se desata en apoyo de ese establecimiento.

"No olvides que estamos hablando de todas las estaciones de radio y televisión en función de sus campañas, a lo que se suma la presión de los empresarios más poderosos y un río de dinero, todo para decidir con un par de miles de votos una elección en la que participa el 15% del padrón electoral".

¿Qué opinión te merece el sistema legal de Estados Unidos?

"Aquí (...) van algunas consideraciones de esta víctima orgullosa: Primero, (...) el sistema legal norteamericano (...) es una patética parodia de justicia (...) que está diseñado para mantener cada cosa, precisamente, en el sitio en que la ha puesto el sistema de libre mercado.

"Algún día la humanidad deberá saber a qué clase de aparato perverso se enfrentó el planeta desde que los cristianizados peregrinos lanzaron su primera ‘guerra preventiva’ contra los aborígenes norteamericanos. El sistema legal ha sido un pilar de tal aparato.

"El que hizo la ley hizo la trampa. Este sistema se levantó sobre la endeble piedra de la hipocresía. ¿El primer ejemplo? El haber puesto en la Constitución que todos los hombres son iguales y al mismo tiempo haber mantenido, por casi cien años más, a una buena parte en la esclavitud en razón del color de su piel.

"Los casos políticos más conocidos como el de Sacco y Vanzetti o el de los Rosenberg, son representativos de una historia legal fuera del alcance de la opinión pública que es bastante extensa".

¿Y con respecto a Cuba?

"(...) ¿Cómo olvidarse de Cuba? La utilización del sistema legal norteamericano como un arma más contra la Revolución tiene un sitial de honor en los anales de la infamia de todos los tiempos. Algunos casos que recuerdo: el de Leonel Macías, el individuo que tras asesinar a un oficial de la Marina cubana fue liberado de cargos por el juez Lawrence King, aduciendo que no había pruebas.

"Los asesinos de Orlando Letelier, seis años de prisión por participar en la voladura de un automóvil, hecho en el que perecieron también otras dos personas.

"El caso de Rodolfo Frómeta, la fiscalía le ofreció solo un año de prisión domiciliaria por delitos de terrorismo.

"Los fiscales saben cómo hacer un mal caso para perderlo y aquí van dos ejemplos: el secuestro de un avión a Tampa, tres individuos pusieron un cuchillo al cuello del piloto del pequeño avión de turismo, que tuvo que amarizar por falta de gasolina al oeste de Tampa.

"El abogado de los secuestradores Ralph Fernández, un mafioso que antes había sido fiscal, interrogó a la víctima acerca de la presencia del diplomático cubano que lógicamente le acompañaba para revolver en el jurado los prejuicios sobre la supuesta vigilancia a que lo tendría sometido la Seguridad del Estado a través del diplomático. Ningún fiscal con deseos de ganar el juicio hubiera aceptado tal línea de cuestionamiento.

"El caso de Isla Margarita: tres mercenarios de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) fueron interceptados por el Coast Guard en ruta a Isla Margarita, donde atentarían contra Fidel durante la VII Cumbre Iberoamericana, en 1997. Obviamente, la línea de defensa fue el gastado cuento de que iban a buscar a algún desertor de la comitiva cubana, tal y como explicarían años después la presencia de tres terroristas en Panamá con varias libras de explosivos.

"Pero, ¿cómo explicar la presencia en el barco de fusiles de alta potencia, diseñados para asesinar a largas distancias? La teoría fue que era para defenderse, debido a que el Gobierno cubano acostumbraba a hundir barcos civiles desarmados. Para apoyarlo llevaron como testigo a uno de los que se robara el remolcador 13 de Marzo, quien describió su versión de cómo habían sido hundidos por lanchas torpederas cubanas. Un testimonio tan irrelevante como ese no hubiera pasado el veto de una fiscalía dispuesta a ganar su caso".

¿Tu familia?

"Mi familia es mi fuente de valor. (...) Por mi familia entró la Revolución a nuestras vidas. (...) Mis padres me enseñaron la fuerza de la virtud y la honradez.(...) Luego vino la familia que formé con Olguita, que ha terminado por darme tres mujeres.(...) Yo estoy muy orgulloso de mi esposa y de mis hijas".

¿Tu corazón?

"Mi corazón late al compás de mi Cuba. De nuestra Cuba. Mi corazón brinca de alegría con cada éxito y sangra con cada revés, se duele de cada error, se revuelca de indignación ante cada calumnia y se regocija en cada acierto.

"Él me dice que hemos sido premiados con una historia especial; que nos ha puesto a la cabeza de un mundo cuyos principales poderes, aferrados a una mentalidad prehistórica, se empeñan en detener. En Cuba late, en estado embrionario, el corazón de un mundo por venir. Y con ese corazón late el mío, que pongo a disposición de nuestra Patria y de ese mundo, hasta que deje de latir".

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Diez años de injusticia (VIII) Casos, cosas y diferencias


La verdadera esencia de la justicia norteamericana quedó al desnudo cuando condenó a los Cinco, mientras cortes de ese país juzgaban casos que sí lesionaban la seguridad nacional. Las sentencias entre unos y otros marcan la injusticia

La verdadera esencia de la justicia norteamericana quedó al desnudo cuando condenó a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González. Hubo una clara manipulación en la aplicación de las guías de sentencia. La jueza Joan Lenard, en el momento de dictarlas, ignoró las pautas federales para la imposición de estas y no le tembló la mano para pedir las penas más altas. Para los Cinco no hubo sentencias acordes.

Sin embargo, esas mismas cortes encargadas de impartir justicia, han juzgado en los últimos tiempos casos que sí lesionan la seguridad nacional de Estados Unidos. Esta es también parte de la historia de diez años de arbitrariedades, artilugios legales, violaciones e injusticias.

DE DUMEISI A MOZAWI

Khaled Abdel-Latif Dumeisi fue arrestado en Chicago a finales del 2003. ¿La razón?, se le culpaba, presuntamente, de entregar información al Gobierno de Sadam Hussein que comprometía a miembros de la organización opositora Congreso Nacional Iraquí radicados en Estados Unidos. En enero del 2004 se le acusó formalmente de pertenecer a los servicios de inteligencia del derrocado mandatario. Las evidencias se obtuvieron al encontrarse un expediente relacionado con Dumeisi en Bagdad después de la ocupación norteamericana.

Lo condenaron a tres años y diez meses de prisión, porque el tribunal consideró que era solo un agente de un gobierno extranjero no registrado ante las autoridades norteamericanas. Nunca fue acusado de espía, ya que como la Fiscalía aclaró, Dumeisi no buscaba información clasificada, sino de aquellos grupos de exiliados contrarios a Hussein. ¡Y esto ocurrió en medio de la guerra de Iraq: el gobierno de Estados Unidos pudo diferenciar entre lo que hacía Dumeisi y lo que es espionaje!

A Leonardo Aragoncillo, norteamericano de ascendencia filipina, ex analista de inteligencia del Buró Federal de Investigaciones (FBI), quien trabajó a las órdenes de dos vicepresidentes, el FBI aseguró haberle ocupado 736 documentos secretos pertenecientes a la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado. Se le acusó de espionaje; sin embargo, recibió una sanción de diez años de reclusión.

Zacarías Mozawi, de origen marroquí, nacido en Francia. Fue arrestado, encausado y condenado en Estados Unidos según se dice por ser uno de los participantes en los atentados del 11 de septiembre del 2001. Según la acusación, él debía pilotar uno de los aviones que impactaron contra las Torres Gemelas.

Su madre, residente en Francia, pidió una visa para viajar a Estados Unidos y visitar a su hijo. Se le otorgó el permiso por razones humanitarias; sin embargo, se trata de un individuo al que Washington ha presentado como el único sobreviviente del comando que ejecutó los atentados. Fue más que noticia, escándalo, que el FBI le entregó no solo miles de documentos para preparar su defensa, sino también algunos clasificados, sensibles a la seguridad nacional.

NO SOLO LAS FACILIDADES A WALTER LINDH

John Walter Lindh fue capturado en Afganistán cuando empezó la guerra de Estados Unidos contra ese país centroasiático en el 2001. Vestía el uniforme del talibán, estaba armado y luchaba contra las fuerzas norteamericanas de ocupación. Por ser estadounidense no lo recluyeron en la base naval que ilegalmente tiene Washington en el territorio ocupado de Guantánamo contra la voluntad del pueblo cubano. Fue condenado a 20 años en prisión, pero puede ser elegible para salir por buen comportamiento a los 17 años.

Según trascendió, hubo, al parecer, un arreglo entre el gobierno y Lindh a la hora de dictar sentencia. De esa forma logró que se le enviara a cumplir la pena cerca de donde vive su familia en San Francisco, California. El acuerdo, por motivos humanitarios, era facilitarles a sus allegados las visitas y que además estas se realizaran sin mayores contratiempos.

José Padilla, ciudadano de EE.UU. arrestado en el 2002, fue acusado de conspiración para cometer asesinato, secuestro y mutilación, así como conspiración para brindar ayuda material a los terroristas. En el 2007 lo hallaron culpable de todos los cargos. Lo sentenciaron a 17 años y cuatro meses en la misma Corte del Distrito Sur de Florida que condenó a los Cinco.

Mientras a Donald W. Keyser, un ex funcionario del Departamento de Estado, se le encausó por espionaje. En el 2005 se declaró culpable de posesión no autorizada de documentos secretos y de mantener relaciones con una oficial de Inteligencia de China Taipei. En el 2007 recibió sentencia: un año y un día de prisión, además de una multa de 25 000 dólares.

Otro caso connotado fue el de Lawrence Anthony Franklin, coronel de la reserva de la Fuerza Aérea yanki, quien se declaró culpable de pasar información —mientras trabajaba para el Departamento de Defensa—, sobre la política de la Casa Blanca hacia Irán, al Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelí, la principal organización cabildera pro-israelita en Estados Unidos.

Durante las investigaciones se comprobó que también brindó información a un diplomático israelí. El 20 de enero del 2006, Franklin fue sentenciado a 151 meses de cárcel (casi 13 años) y al pago de una multa de 10 000 dólares.

EL SELLO DE LA INJUSTICIA

Una de las dos cadenas perpetuas impuestas a Gerardo Hernández fue por el supuesto delito de conspiración para cometer espionaje, pero esa es la pena que corresponde a quien obtiene la información relativa a la defensa nacional, la transmite al gobierno extranjero y le causa un serio daño a Estados Unidos. No interesó que la evidencia aceptada en la Corte y las declaraciones de los especialistas planteaban que no había involucrada en el caso ninguna información de defensa nacional.

El resto de los cargos contra Gerardo son el de conspiración general; conspiración para cometer asesinato; uso de identidad falsa y conspiración para actuar como un agente extranjero no registrado. Él necesitará una vida y otra más —de ser posible— para poder cumplir las dos cadenas perpetuas más 15 años, así como la sentencia adicional de que su esposa Adriana Pérez no puede visitarlo.

Entretanto, a Ramón Labañino, quien cumple una sanción perpetua más 18 años, se le imputaron los mismos cargos que a Gerardo, con excepción del de conspiración para cometer asesinato.

A Antonio Guerrero se le inculpó de conspiración general; conspiración para cometer espionaje y conspiración para actuar, igualmente, como un agente extranjero no registrado. La condena: cadena perpetua más diez años.

René González tendrá que permanecer 15 años en la cárcel, por conspiración general y conspiración para actuar como un agente extranjero no registrado. Tampoco su esposa puede visitarlo. Mientras que a Fernando González se le aplicaron 19 años de prisión por similares cargos.

Recientemente, el abogado Leonard Weinglass, defensor de Antonio, dijo: "Cuando los Cinco fueron arrestados en 1998, el Departamento de Defensa y el Departamento de Justicia de Estados Unidos hicieron una declaración diciendo que la seguridad nacional de ese país no había sido dañada. Ahora, después de diez años en prisión, tenemos una afirmación de un Panel de tres jueces del Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta de que no hubo espionaje y que ninguna información secreta fue obtenida ni transmitida por los cinco cubanos , aun así tres de ellos regresan a Miami para una resentencia ".

¿Por qué?, cabría preguntarse. Contra los Cinco se ha descargado todo el odio del imperio y el haberlos encarcelado y juzgado es fruto de una venganza política.

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Diez años de injusticia (VII) Quinteto de gigantes



Así definió el líder de la Revolución, Fidel Castro, a los Cinco, quienes hoy cumplen una década de encierro en cárceles de Estados Unidos


"Ahora, en ese punto, me yergo con mi
alma robusta."
Walt Whitman

La justicia continúa ciega ante la evidencia. "La situación con los Cinco es un escándalo tal, que es difícil hablar de ella", ha dicho el reconocido intelectual norteamericano Noam Chomsky. Se cumplen hoy diez años del arbitrario e irregular encarcelamiento de Fernando González, Ramón Labañino, René González, Antonio Guerrero y Gerardo Hernández.

La historia habría sido otra, si en mayo de 1998 el gobierno de Estados Unidos hubiese prestado atención a las advertencias y alertas sobre las acciones terroristas promovidas, financiadas y planificadas desde ese país contra la nación antillana. En el aire todavía flotan las palabras de Gabriel García Márquez cuando reseñó el momento en que le entregó al jefe de Personal de la Casa Blanca, Mac McLarty, un mensaje del Comandante en Jefe Fidel Castro al entonces presidente William Clinton. McLarty reconoció: "Tenemos enemigos en común: los terroristas".

Pero la Casa Blanca no actuó contra los verdaderos criminales, mientras hay cinco inocentes presos. Por ejemplo, pocas personas en EE.UU. saben que el terrorista Orlando Bosch fue liberado de la custodia de inmigración por el presidente George Bush (padre) en 1990, y que actualmente él se ha sentado en el estrado, cuando Bush (hijo) ha pronunciado discursos en Miami.

Ya lo explicaba el abogado de Fernando González, Joaquín Méndez, "para entender por qué el señor Fernando González hizo lo que hizo, entender y ayudarles a decidir por qué él actuó... es necesario que nosotros no solo miremos a lo que el señor Fernando y los otros hicieron aquí en Miami, sino que es necesario que también miremos (...). Los grupos sobre los que estamos hablando (...) están empeñados en derrocar violentamente al Gobierno cubano (...). Hablamos sobre Alpha 66, hablamos sobre el P.U.N.D., hablamos sobre Comandos de Liberación , la Fundación Nacional Cubano Americana. Estos son nombres, C.I.D. (Cuba Independiente y Democrática). Estas son organizaciones en Miami cuyos nombres aparecieron una y otra vez y algunos de los individuos conectados a estas organizaciones, gente como Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, Alfredo Otero, José Francisco "Pepe" Hernández, los hermanos Novo Sampoll, Gaspar Jiménez Escobedo, Roberto Martín Pérez. Estos son nombres de personas de Miami involucradas con grupos del exilio o individualmente cuyo propósito es derrocar violentamente a Cuba de cualquier forma".

La labor realizada por los Cinco a riesgo de sus propias vidas los convirtió en "un quinteto de gigantes", según los calificó Fidel Castro, en una de las primeras Tribunas Abiertas de la Revolución dedicadas a reclamar su libertad, durante la que hizo énfasis en las virtudes de esos hombres cultos, de elevados conocimientos, y profundas convicciones morales y revolucionarias.

TERRORISMO EN ACCIÓN

A lo largo de estos 49 años, las acciones criminales contra la Isla han costado la vida de 3 478 cubanos y la incapacidad física a 2 099. Son consecuencias también de estos hechos terroristas, cientos de intentos de asesinato a los dirigentes de la Revolución, sabotajes a la agricultura, introducción de plagas y virus, asalto a sus costas, violación del espacio aéreo, atentados, colocación de bombas y otros artefactos explosivos en sectores clave de la economía y muchos daños y afectaciones materiales que son incalculables.

Durante la década de 1990 al 2000, se consumaron 108 planes terroristas contra la nación antillana, tanto dentro del territorio nacional como a sus delegaciones diplomáticas en el exterior, las cuales a su vez afectaron a los países donde se ejecutaban. El punto clímax de esa escalada fue en 1997, cuando estallaron en La Habana diez bombas, todas en instalaciones turísticas; una de ellas asesinó al joven italiano Fabio Di Celmo.

Tras los lamentables hechos del 11 de septiembre, si el gobierno de Estados Unidos hubiera querido realmente luchar contra el terrorismo, debería haber condenado a la mafia terrorista de Miami, en lugar de condenar a cinco inocentes que luchaban contra ella. Doble moral que deja en evidencia la complicidad de la Casa Blanca con sectores de la ultraderecha en esa ciudad del sur de la Florida.

MOMENTOS DE LA APELACIÓN

Después de celebrar una vista de argumentación oral el día 10 de marzo del año 2004, donde las partes respondieron a las preguntas de los jueces sobre los temas principales de la apelación y estos revisaron la evidencia y documentación del caso, el panel del Onceno Circuito de Atlanta dictó sentencia, que fue publicada el día 9 de agosto del 2005. En esta decisión los magistrados solamente respondieron al primero de los elementos presentados por la Defensa, el relacionado con la sede o el lugar donde se celebró el proceso.

El 9 de agosto del 2005, un panel del Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta desestimó las condenas del 2001 a los Cinco. Los jueces de la apelación decidieron: "El extendido prejuicio de la comunidad en contra de Fidel Castro y del Gobierno cubano y sus agentes, y la publicidad que rodeó el juicio y otros actos de la comunidad se combinaron para crear una situación en la que ellos no pudieran obtener un juicio justo e imparcial". Su decisión coincidía con una anterior del Grupo de Trabajo de la ONU para la Detención Arbitraria, que decidió que la condena era "arbitraria" y contraria al derecho internacional.

El 9 de agosto del 2006, exactamente un año después de que un panel de tres jueces de la Corte de Atlanta decidiera unánimemente revocar las condenas de los Cinco cubanos, el pleno de esa misma Corte, por mayoría, rechazó esa decisión, ratificando las condenas, negó la realización de un nuevo juicio y ordenó enviar nuevamente el caso al panel para la consideración de los restantes aspectos.

Dilación tras dilación, en un proceso que se torna infinito, el 4 de junio pasado ofreció un nuevo fallo: ratificó la culpabilidad de los Cinco y solicitó la resentencia de tres de los acusados: Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González.

El 2 de septiembre último, el Tribunal de Atlanta ratificó la conclusión de junio. La Corte se prestó a la protección del terrorismo que practica el gobierno estadounidense y decidió perpetuar una cruel, absoluta e infame injusticia.

Así definió Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional, la nueva conclusión de Atlanta, lo que significa que se ratifica y pone en vigor la decisión adoptada el 4 de junio del 2008 por el panel de tres jueces encargado por la Corte de examinar el caso, el mismo Panel que en el 2005 revocó las condenas de los Cinco y ordenó un nuevo juicio por considerar que no tuvieron un juicio justo.

Mientras, la solidaridad internacional se multiplica. Y a diez años del injusto encarcelamiento, recordamos las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro en la sesión extraordinaria del Parlamento, el 29 de diciembre del 2001, cuando dijo: "Repito, reitero y enfatizo que volverán".

¿POR QUÉ SON HÉROES?

Por haber cumplido “con ejemplar dedicación, dignidad y firmeza la sagrada misión de defender la Patria y protegerla del terrorismo, corriendo grandes riesgos para sus vidas y soportando enormes sacrificios en el medio más hostil, agresivo y corrupto”, y porque “su conducta ejemplar constituye una hazaña extraordinaria que los hace acreedores al más alto reconocimiento y la gratitud del pueblo cubano”, el 29 de diciembre del 2001, durante una sesión extraordinaria y solemne de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se acordó otorgarles a los Cinco el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba.

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Diez años de injusticia (VI) Inocencia condenada

En diciembre del 2001, tras casi seis meses de espera después del veredicto de culpabilidad contra los Cinco, se producen las vistas de sentenci

El 8 de junio del 2001, viernes, el tribunal de Miami dictó el veredicto de culpabilidad contra los Cinco. Júbilo entre los fiscales, los agentes del FBI y toda la comparsa anticubana y terrorista que allí se reunió; decepción en el rostro de alguaciles honestos y personal de la sala de la Corte que día a día habían seguido el proceso y en su interior reconocían la inocencia de los encausados; "desaliento en los abogados que hasta última hora esperaron un veredicto a nuestro favor, al menos en los cargos más infames y falsos. Indignación sentimos ante tanta injusticia, pero podíamos elevarnos por encima de toda esa injusticia, por encima de tanta ignominia y tanto odio, con la certeza de que nada podría callar la verdad dicha y por decir", según escribiera posteriormente Antonio Guerrero Rodríguez.

Concluía de esa manera una etapa del bochornoso proceso contra los antiterroristas cubanos. El caso quedaba concluso para sentencia.

RESUMEN DE PRENSA

Innumerables pruebas presentadas pusieron al descubierto el terrorismo fraguado contra Cuba por grupos criminales asentados en territorio estadounidense. La prensa, sin embargo, se hizo eco solo de aquello que le convenía y puso énfasis siempre en la palabra: espías.

Fragmentos de un artículo publicado en San Petersburgo Times dado a conocer en la Mesa Redonda del 28 de junio del 2001, dieron cuenta, por ejemplo, que "considerado como el juicio de espías más grande de la historia del estrecho de la Florida, el caso prácticamente no ha llamado la atención de la prensa nacional. En parte ello puede ser explicado por la temporada electoral inusualmente intensa en la Florida (¼ ) pero también pudiera tener algo que ver con lo que describió un potencial jurado, posteriormente desechado, quien consideró el caso como el de los cinco espías Mickey Mouse, cuyas acciones no tuvieron prácticamente consecuencias para nadie fuera de la histérica comunidad de exiliados cubanos del sur de la Florida".

Por su parte un reporte del Sun Sentinel dijo que "este no era el mundo glamoroso de James Bond, o sea, no eran estos los superespías a lo que están acostumbrados muchos en las películas, ni las noches de cocteles, ni los autos de lujo, tenían vidas sencillas y presupuestos muy ajustados".

Mientras un cable de la agencia AFP comentó: "Cinco meses de testimonio, frecuentes recesos y algún enfrentamiento verbal han alargado tediosamente el juicio sin aportar luz definitiva sobre la cuestión central. ¿Se trata de peligrosos espías que intentaron penetrar en instalaciones militares estadounidenses o de simples infiltrados en organizaciones anticastristas de la Florida?".

SE CIERRA EL CÍRCULO

Seis meses después de los veredictos de culpabilidad, el 10 de diciembre del 2001 se celebra la vista de sentencia general, donde la Fiscalía indicó que se debía dictar una condena severa. La Defensa de los Cinco se encargó de plantear que los parámetros presentados por el oficial probatorio eran demasiado rígidos y debían modificarse.

Sin embargo, a las 2:30 p.m. de ese día comienzan las vistas de sentencia. Durante la primera jornada la jueza Joan Lenard se limitó básicamente a escuchar los argumentos de ambas partes en los asuntos que eran comunes para todos, o para varios de ellos.

Un detalle interesante: David Bucker, presidente del Jurado que los declaró culpables, estaba sentado en la sala junto con el terrorista José Basulto y otros elementos anticubanos.

Los días 11 y 12 de diciembre, en horas de la mañana, se reiniciaron las labores del tribunal. La Lenard rechazó todas las mociones y argumentos presentados por la Defensa durante la sesión anterior y en la tarde del 12 se celebró la audiencia donde se dictarían las dos cadenas perpetuas, más 15 años de prisión contra Gerardo Hernández Nordelo. La Fiscalía se ensañó, y tipificó los mismos hechos como constitutivos de delito y de agravantes. Ha sido la primera vez en la historia de EE.UU. que alguien es condenado por conspiración para cometer asesinato de primer grado sin que exista absolutamente ninguna prueba. Este es el cargo tres, el de la segunda sentencia de por vida que le pusieron.

En su alegato de defensa, Gerardo afirmó: "Bastaría con leer las declaraciones que hizo a la prensa la figura principal de ese Jurado para comprender que nunca tuvimos la más mínima oportunidad y que influyeron más los prejuicios o las últimas y engañosas palabras de los señores fiscales que los argumentos que se escucharon aquí medio año (¼ ) la Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel. Confío en que si no es en este, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza y se comprenderá que no hemos hecho ningún daño a este país que merezca semejante condena".

Presentes en la sala estuvieron las madres de Antonio, Fernando, René y Gerardo, e Irmita, hija de René, quienes tuvieron que soportar un ambiente muy hostil.

LA MÁXIMA EN TODOS LOS CASOS

Sucesivamente se realizaron el resto de las vistas de sentencia. En cada una de ellas nuestros hermanos expusieron sus brillantes alegatos. Esta fue la única vez durante el transcurso del juicio en que se escucharon las voces de ellos.

El 13 de diciembre, Ramón Labañino fue condenado a cadena perpetua más 18 años. El 14, René González Sehwerert recibe la sentencia de 15 años de prisión, la pena máxima que se solicitaba por los cargos que se le imputaban por conspiración y el de agente extranjero no declarado.

Entre el 17 y el 18 de diciembre se celebra la vista en la que Fernando González Llort fue condenado a 19 años de prisión, la pena máxima por tres cargos principales: conspiración, obtención y uso de documentación falsa y utilización ilegal de documentos de identificación, además de agente extranjero no declarado.

Y el 27 de diciembre se produce la última de las audiencias. A Antonio Guerrero Rodríguez le imponen cadena perpetua, la máxima por los cargos de conspiración, conspiración para cometer espionaje y agente extranjero no declarado. De ese instante recuerda a Granma Mirta Rodríguez, "cuando mi hijo se puso de pie en la sala del tribunal para escuchar la sentencia. No me alcanzaban los ojos para tratar de verlo todo, de pronto me percaté que en las manos de él había un libro: La Historia me Absolverá".

LARGO CAMINO HACIA LA JUSTICIA

Tras las irracionales penas que les impusieron "vino el silencio de toda la prensa estadounidense, incluso el de la mafia y sus voceros, quienes (...) no se cansaron de desacreditarnos, calificándonos como ‘peligrosos espías’. Una sola explicación tiene este silencio: no existen argumentos para nuestras condenas y no quieren que la verdad salga a flote por ninguna vía. Pero la verdad se dijo claramente en el juicio y se ratificó contundentemente en nuestros alegatos. La imagen de esa verdad expresada sin miedo, sin titubeo, es un fantasma que persigue a quienes con la mentira crearon toda esa ignominia", ha expresado Tony.

En enero del 2002, los Cinco fueron trasladados a penitenciarías distantes entre sí. Cada uno tomaría un destino diferente. No se les ha autorizado a comunicarse entre sí, pero no han faltado los saludos y las averiguaciones de cómo está cada uno, por todas las vías posibles.

Y lo fundamental es que como el mismo Tony planteara "nunca hubo desaliento, nunca hubo derrotismo, nunca pudo mellarse nuestra moral, nunca pudieron mancillarse nuestros principios, éramos unos ‘buenos necios’ que en medio de tanto hostigamiento cantábamos las canciones de la Nueva Trova, y cuando no sabíamos la letra exacta, le inventábamos una".

Siete años después de las injustas condenas dictadas en el proceso contra los Cinco, el Onceno Circuito de Atlanta, Georgia, acaba de ratificar la condena a los inocentes.

INSÓLITO

Tony y René son nacidos en Estados Unidos. A ambos, por escrito —para que se compruebe la importancia que tiene para el gobierno de ese país defender a sus terroristas— la Fiscalía les impuso una condena adicional: se les prohíbe acercarse a los lugares por donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas.

Los Circuitos

Existen 12 circuitos o tribunales federales de apelación en EE.UU.; uno de ellos, el Onceno, con sede en Atlanta, Georgia, incluye en su jurisdicción los asuntos provenientes del estado de Florida. Al igual que como sucedió con el caso del niño Elián González, ese tribunal tiene a su cargo el conocimiento y resolución, en segunda instancia, del proceso de los Cinco.

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Diez años de injusticia (V) Bajo presión

Para tratar de doblegarlos, no faltó el intento de chantaje. Sobre el tema, Olga Salanueva, esposa de René González, recuerda

Nosotros vivíamos en un condominio de muchos apartamentos, iban hasta allí y me tocaban a la puerta, luego se escondían y de pronto me sacaban las cámaras, y esas imágenes sorpresa las ponían en la TV".

Así recuerda Olga Salanueva Arango, esposa de René González, parte de la pesadilla vivida, tras el arresto de los Cinco el 12 de septiembre de 1998.

"Hasta Ninoska Pérez me llamó por teléfono. Ella me decía que iba a coger las declaraciones mías, que quería conocer qué se sentía al ‘ser la esposa de un espía comunista’. Yo colgaba, no les seguía la corriente. Todos los días aparecía algo en la prensa. Fue una etapa terrible. Sobre René averiguaron, supuestamente a través de Hermanos al Rescate, la dirección donde residió con una tía antes de ir yo para Estados Unidos. A ella también la asediaron. No es difícil de imaginar lo que nos sucedió, con el ambiente que se vive en Miami.

"Entre el 12 de septiembre de 1998 y el 16 de agosto del año 2000 en que me detienen, yo me mudé, perdí la casa, porque no podía pagarla. Me reduje, fui a un denominado estudio, una especie de cuartico. Me fui de Kendall, donde residíamos, aunque seguí en libertad, pero evidentemente me tenían bien localizada. Cuando me arrestaron yo estaba en Miami Beach, en el cuartico que había alquilado.

"El 14 de septiembre los conocí a todos, pero después cada vez que había una corte los veía de lejos, por eso trataba de tomar asiento en un banco cercano por donde debían pasar, para al menos rozar a René con mis manos. Yo no quería estar lejos de él. Le dije en mis visitas que, cuando los sentenciaran, para donde lo trasladaran allá me iría a vivir con las niñas, para poder estar cerca de él; sin embargo, ya estoy consciente de que la intención de separarnos estuvo siempre latente, no se trata de ahora que me niegan la visa para ir a visitar a mi esposo. Eso empezó desde agosto del 2000 en que me detienen y me deportan a Cuba el 22 de noviembre de ese propio año".

LO QUE PENSÓ LA FISCALÍA

"A René que es ciudadano norteamericano. no lo acusaron de los cargos de conspiración para cometer espionaje ni de conspiración para cometer asesinato en primer grado, lo que sí se le imputó a Gerardo y en consecuencia le pusieron una de las dos cadenas perpetuas de la condena.

"Tal vez los factores que hicieron pensar de forma fácil a la Fiscalía que cooperaría era por esa particularidad de René como norteamericano, del que se sabía que estuvo seis años en espera del reencuentro con Irmita y yo, que vivíamos en Cuba, del que conocían también que nos había nacido otra hija y era el único de los compañeros con su familia allí en Miami.

"Esas eran fuertes razones para presionarlo, pues suponían que él no estaría dispuesto nuevamente a quedar solo e ir a la cárcel y por eso es que le plantean la posibilidad de llegar a un arreglo donde únicamente negociaría el cargo de ser agente extranjero no registrado.

"Con tal negociación cumpliría pocos años de reclusión y para ese instante no le hubiese faltado mucho tiempo para salir y continuar con su vida normal dentro de Estados Unidos, pero a cambio tendría que haber sido testigo de la propia Fiscalía para argumentar las mentiras que se urdieran contra el resto de los compañeros, y convertir así el caso en el juicio añorado contra la Isla. Esperaban con René al testigo que reconociera que era agente de Cuba.

"Pero se equivocaron. No importaron las presiones ni el chantaje. De ahí se deriva el ensañamiento muy especial contra él, sus hijas y yo, y a la vez contra Gerardo y su familia, porque justamente en los cargos que se le imputaban a Gerardo, respecto a la conspiración para cometer asesinato en primer grado, es que querían que mi esposo declarara.

"Es interesante el hecho de que al no obtener sus propósitos, la Fiscalía le pone a René el máximo en la condena y le agregan un acápite como condición especial, al igual que a Antonio, pues ambos eran ciudadanos norteamericanos, de que al cumplir la sentencia no podían acercarse ni frecuentar aquellos lugares que se sabía que frecuentaban los terroristas. Eso es el colmo del cinismo. Es el reconocimiento tácito de la existencia del terrorismo amparado en la Florida.

"El día de sentencia uno de los fiscales actuantes en el caso, Kastrenakes, no pudo contenerse y dijo ‘ojalá y pudiera, le daría cien años de cárcel. Él es el más peligroso’. El asunto es que no lograron sacarle a René que cooperara con la Fiscalía".

RESPUESTA DE ANTEMANO

"A él lo detuvieron en nuestro propio hogar, en presencia mía y de nuestras hijas y no fue hasta el 2000, a propósito del inicio del juicio a los Cinco, que decidieron poner algún cargo en mi contra.

"Pienso que ese fue el recurso que tomaron al no encontrar otra forma de doblegarlo, entonces arremeten contra nosotras y contra la familia de Gerardo, porque no es casual la negativa constante para que Adriana, su compañera, lo visite. Es que Gerardo tampoco se prestó para negociar, ni René para actuar en contra de su hermano de causa.

"Recuerdo que mientras lo iba a ver en prisión hablamos de las cosas que le estaban proponiendo. Jamás le cuestioné cuál sería su respuesta porque de antemano la conocía, inclusive el 13 de agosto del 2000, día de su cumpleaños, última visita que tuvo mía, me comentó sobre la carta que le había hecho llegar la Fiscalía a través de su abogado. Ese era el anuncio de lo que podía pasar conmigo, porque le dejaban entrever sutilmente que recordara mi situación migratoria. A partir de ese instante los acontecimientos se desataron muy rápido. Nuestra conversación sobre el tema fue el 13 y en la mañana del 16 me detuvieron en el estudio donde vivía en ese instante allá en Kendall. Yo estaba sola para ese momento, Irmita se encontraba de vacaciones en Cuba e Ivette ya la teníamos con la abuela Teté (recientemente fallecida) en Sarasota".

EL CHANTAJE

"El mismo 16 me presentaron vestida con el traje anaranjado de presa delante de él para que comprobara que no solo fue una amenaza lo que habían mandado por escrito, que se trataba de una realidad.

"Después vinieron mis tres meses en la cárcel. Me cuesta hablar sobre eso... la noticia de mi deportación el 22 de noviembre me llegó casi cuando ya estaba montada en el avión, al otro día, el 23, recibí a Ivette en La Habana. Respiré de verdad, porque hasta el último minuto temí que hubiesen tomado alguna represalia con la niña, o sea, que me la trataran de quitar, ¡qué sé yo!, porque para noviembre del 2000 era muy reciente la devolución de Elián a la patria.

"Tres veces me presentaron a la Corte para decidir mi caso, me negaron incluso la fianza y pasó algo risible, en la vista de inmigración antes de la sentencia la Fiscalía manejó el criterio de que Ivette se estaba preparando para ser ‘una posible espía de Cuba’. El juez decidió declararme excluible. Me retornaron esposada, en un vuelo militar junto a otros presos comunes de origen cubano".

EL TIEMPO PASA

"Han pasado casi diez años del arresto y nos damos cuenta de que este es un caso muy difícil (...).

"Para cada una de nuestras familias es sumamente fuerte, porque la vida sigue transcurriendo, son muchas las cosas que han quedado truncas, cosas tan íntimas y serias en una pareja como los planes de tener hijos, el crecimiento de estos, el desarrollo mismo de nuestra relación como pareja...Ver todo esto inconcluso por una injusticia tan grande es realmente muy doloroso.

"Han transcurrido ocho años desde que me deportaron, en todo ese tiempo he solicitado visa para ir a visitarlo y como respuesta he recibido las continuas negativas de las autoridades norteamericanas que se han amparado en razones ilógicas y absurdas. Cada negativa es ver alejarse otra posibilidad de ver a René, de poder conversar, de tocarlo al menos un momento, conversar como no se puede hacer a través de una carta, darle un beso aunque sea en el frío salón de una cárcel..."

LOS HIJOS

Uno de los mayores sufrimientos familiares durante todo este tiempo, ha sido la separación de los hijos o la imposibilidad de tenerlos, como son los casos de Gerardo Hernández y Fernando González. Las hijas de René González: Irmita se graduó con título de Oro en Psicología en la Universidad de La Habana, tiene 24 años; Ivette, cumplió diez, hará el quinto grado. De los de Antonio Guerrero: Tonito cumplió 23 años, comienza el quinto curso en la Universidad de Ciencias Informáticas. Gabriel (15), estudia en el preuniversitario. Las de Ramón Labañino: Lizbeth (11), hará el sexto grado; Laurita (16), pasó para onceno grado; Ayli (20), estudia Informática en la CUJAE.

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Diez años de injusticia (IV) La farsa

Duró casi siete meses, pero el jurado de Miami solo necesitó para deliberar breves espacios de tiempo. En apenas cuatro días declaró a los Cinco culpables de cada uno de los 26 cargos de la acusación

¿Dónde estuvieron los medios de prensa norteamericanos durante los casi siete meses que duró el juicio contra los Cinco? La pregunta aún continúa sin respuesta al cabo de ocho años.

No solo fue este uno de los juicios más largo en Estados Unidos en el momento que tuvo lugar, sino también fue un caso que involucró importantes asuntos de política exterior y terrorismo internacional, en el que comparecieron 74 testigos (43 por la fiscalía y 31 por la defensa), entre ellos generales, un almirante, así como un asesor de la Casa Blanca, quienes coincidieron en que Cuba no constituía una amenaza militar para ese país, sino que únicamente estaba interesada en conocer lo necesario para defenderse de la amenaza de ataque por parte de EE.UU. o de mercenarios radicados en ese territorio.

El proceso legal contra Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González se inició en el otoño del 2000 y terminó en junio del 2001. Se necesitaron 119 volúmenes de transcripciones y 15 de narraciones de hechos previos, cajas de documentos de prueba¼ un registro enorme y exhaustivo. Lo que sin duda resultó un suceso para grandes titulares, se mantuvo en secreto y lo cubrió solo la prensa local de Miami.

DE VIOLACIONES SE HABLA

Se conoce que los acusados fueron detenidos violentamente sin previa notificación, encarcelados durante largo tiempo antes del inicio del juicio y sometidos a castigos penitenciarios sin haber violado ninguna norma del sistema carcelario.

Además, hubo una clara manipulación de las pruebas, transgrediéndose el principio del "discovery", que obliga a que las evidencias que posea o pretenda presentar una u otra parte para valerse de ellas en la audiencia, deben ser comunicadas a la otra parte y puestas a su disposición para su conocimiento y examen.

Sin embargo, en el caso de los Cinco la defensa se vio constantemente limitada en su derecho de disponer libremente de la documentación considerada como evidencia, para su estudio y análisis, dado que fue clasificada bajo la Ley de Procedimiento de Información Clasificada (CIPA), hecho inexplicable ya que a los encausados no se les ocupó ni un solo texto de interés para ser tutelado por la CIPA.

Por otra parte, la manipulación de los testigos, debido a las presiones que ejerció sobre ellos la Fiscalía, fue atroz, dificultando unas veces e impidiendo otras, que se pusieran de manifiesto ante el jurado y la Corte, hechos e informaciones que pudieran constituir evidencias favorables a la defensa de los acusados.

‘"Cuando nuestro juicio estaba a punto de comenzar, uno de los abogados de la defensa nos advirtió sobre la posibilidad de que los agentes del FBI mintieran en el estrado de los testigos: ‘Ellos podrán pensar que es lo más patriótico’, nos dijo el abogado. Nosotros, a pesar de que conocemos el ambiente de Miami, nos negamos a creerlo hasta que la verdad nos abrió los ojos. Otro de los abogados lo resumió en una frase más simple: ‘Cuando un testigo de la Fiscalía jura en el estrado, está recibiendo una licencia para mentir"’, escribió en una carta René González Sehwerert a esta reportera.

Más adelante comentaba: "Durante nuestro juicio llegamos a pensar que los fiscales tendrían una oficina dedicada solo a preparar trampas y a manipular el sistema. Yo no pudiera imaginarme cuántos volúmenes habrán dedicado los abogados de este gobierno en estudiar al milímetro todo... ".

LO QUE TUVO LA FISCALÍA

Lo que la Fiscalía poseía eran evidencias de que uno de los Cinco, Antonio Guerrero, había trabajado durante cinco años como empleado de mantenimiento en la base de entrenamiento de la Marina en Boca Chica, en el sur de la Florida.

Esa instalación estaba completamente abierta al público, e incluso tenía un área de observación especial apartada para permitir que las personas tomaran fotografías de los aviones en las pistas de aterrizaje.

Durante la estancia de Tony allí, nunca solicitó un certificado de confianza, ni tuvo acceso a áreas restringidas, y mucho menos intentó penetrar en ninguna de ellas. A pesar de intensas acciones de intimidación por parte de la Fiscalía, algunos de sus compañeros de trabajo testificaron que "era una persona normal, buen trabajador y sociable, que no mostró interés particular alguno por las áreas de seguridad". De hecho, mientras el FBI lo mantuvo bajo vigilancia durante dos años antes de las detenciones, ninguno de los agentes ofreció testimonio sobre algún acto indebido de su parte.

Además, si bien el gobierno había confiscado miles de páginas de documentos de los Cinco en el momento de su arresto, faltaba el elemento común de todos los casos de espionaje: el material clasificado, y a ellos no se les encontró ni una sola página relacionada con información de seguridad nacional.

ANÉCDOTAS EN LA SALA

Para comprender cómo se desarrolló el juicio de los Cinco, el propio René relataba en su misiva: "Los fiscales preparan minuciosamente a sus testigos para mentir con la misma impunidad con que lo hacen ellos mismos ... En nuestro propio caso, del mar de mentiras en que se hundió la justicia, sobresalió la de un testigo que fue llevado para identificar en una grabación la voz de uno de los pilotos de Hermanos al Rescate que, según todo el resto de la evidencia, era imposible que hubiera podido hablar a esa hora porque... ¡ya estaba muerto! La explicación desenfadada de la fiscal ante tal barbaridad: ‘Bueno, su señoría, el jurado es libre de creer la versión que desee’.

"Otro ejemplo que me viene a la mente en nuestro caso. Los fiscales me querían achacar la autoría de una carta que sencillamente no había escrito yo, y según las pruebas de laboratorio del propio FBI, la impresión de mi computadora no se correspondía con la de la carta.

"Pues bien, el fiscal se paró en sus argumentos finales y dijo que eso no importaba, que la carta la había hecho yo con mi computadora y que de todas nuestras computadoras ocupadas por ellos, la mía era la única que podía haberlo hecho.

"Lo peor es que durante el juicio nadie se había molestado en presentar evidencia en relación con nuestros tipos de computadoras. El asunto sencillamente no se había abordado en todo el juicio y todo lo que había era un peritaje del FBI desechando mi computadora como fuente de la carta.

"Pero eso no importó. El señor simplemente se paró ante el jurado y le envió un mensaje: ‘La evidencia del FBI dice una cosa pero yo, que soy el fiscal, les estoy diciendo ahora’. El tipo tenía la más absoluta seguridad de que su sola palabra anularía ni más ni menos que un peritaje del FBI."

PREJUICIADA RETÓRICA

El acta de acusación contenía 26 cargos independientes, cada uno de los cuales inculpaba a uno o más de los Cinco de delitos específicos. La mayor parte eran hechos menores vinculados con el uso de falsa identidad. No obstante, los más graves, que aludían a espionaje y asesinato, conllevarían sentencias de cadena perpetua.

Pero el acta no incriminaba a los Cinco cubanos de cometer dichos crímenes, sino de conspirar para cometerlos. Hecho que le dio margen a la Fiscalía para no tener que probar realmente que alguno de los implicados había realizado verdaderamente espionaje o cometido asesinato, o que incluso estos delitos habían ocurrido en realidad. Todo estaba pensado. Los Cinco se convertían en rehenes del odio irracional del imperio contra Cuba.

El martes 29 de mayo del 2001, a las 9:40 a.m., se inició la primera jornada de los alegatos finales de las partes en este juicio. El informe conclusivo de la Fiscalía fue un arma premeditadamente utilizada para suplir la falta de evidencias en favor de una acusación insostenible. El fiscal, en su último argumento ante el jurado, apeló a la falsa y prejuiciada retórica del gobierno contra los Cinco, afirmando, no menos de tres veces, que los acusados habían ido a Norteamérica "con el fin de destruir a Estados Unidos".

En un periodo de casi siete meses, el jurado de Miami solamente deliberó por breves espacios de tiempo durante cuatro días sin siquiera enviar una sola nota o expresar alguna duda ante el tribunal, y procedió a declarar a los cinco detenidos culpables de cada uno de los 26 cargos de la acusación. No hizo ni una sola pregunta acerca de los complejos principios legales involucrados y no hizo ni una sola solicitud de revisión de ninguno de los testimonios.

El doctor Rodolfo Dávalos ha dicho: "No quedaba nada de la ‘presunción de inocencia’ cuando encadenados como esclavos, pero más libres de conciencia que sus juzgadores, se pusieron de pie e irguieron su frente ...para recibir de aquel jurado temeroso y amañado, el injusto e ilegal veredicto de culpabilidad. Antes de ese veredicto eran inocentes, jurídicamente hablando, y como tal debieron ser tratados. Después lo siguen siendo, porque un fallo injusto no torna en crimen la inocencia".

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Diez años de injusticia (III) El dilema de los 164

El miedo de ser jurado en Miami, donde la animosidad contra Cuba, las persecuciones y presiones de todo tipo impidieron lograr un tribunal imparcial contra los Cinco

"Este proceso será mucho más interesante que cualquier programa de televisión". Declara, docta y severa, la jueza Joan Lenard al diario The Miami Herald, el 16 de marzo del 2000. No estaba lejos de la verdad la magistrada. Las violaciones e inconstitucionalidades presentes desde el mismo momento de la detención de los Cinco antiterroristas cubanos así lo demostraron.

Pero fue la etapa de selección del jurado uno de los momentos más bochornosos de todo el tinglado legal armado contra Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González, Gerardo Hernández y René González.

Dice la VI Enmienda de la Constitución de Estados Unidos: "En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial del distrito y estado en el que el delito se haya cometido, distrito que deberá haber sido determinado previamente por la ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y causa de la acusación, de que se le caree con los testigos que depongan en su contra, de que se obligue a comparecer a los testigos que le favorezcan y de contar con la ayuda de un abogado que le defienda"; sin embargo, la posibilidad de lograr un jurado imparcial en la ciudad de Miami para juzgarlos fue nula.

No causó asombro que desde el mismo momento de los arrestos aquella madrugada de septiembre de 1998, se desatara una feroz campaña de prensa en contra de los detenidos. René González, en una de las visitas que pudo hacerle su hija mayor, Irma, le explicaba que los "medios los habían sentenciado" a priori.

La misma Irma comentaba que era tanta la animosidad contra ellos que, por ejemplo, en la puerta de la casa donde residían en esa ciudad del sur de Florida les colocaron "pegado a la puerta una hoz y un martillo".

Además, noticias como: "Son traidores, deben darles el más severo castigo", aparecieron en El Nuevo Herald, el 15 de septiembre de 1998.

ENTRETELONES

El 16 de agosto de 1999, el abogado de Ramón Labañino, William Norris, solicitó de la Corte la asignación de fondos para llevar a cabo una encuesta que permitiera argumentar el cambio de sede del proceso. Unos meses más tarde, entre el 5 y el 24 de enero del 2000, los defensores entregaron otras mociones sobre el mismo tema. Una de ellas la haría Norris a nombre de Ramón, contando ya con los resultados del sondeo, la declaración de expertos y una muestra de artículos de prensa. Todo apuntaba a que Miami nunca sería el lugar para un juicio limpio.

El 20 de marzo del 2000 se elevó nuevamente una moción a la Corte, esta vez fue una conjunta de los Cinco acusados. La respuesta de la jueza Lenard se recibió el 27 de julio al declarar sin lugar la petición, rechazando así el cambio de jurisdicción y negando la posibilidad de celebrar el proceso en otro distrito dentro de Florida.

"Quiere esto decir que para la jueza, aquella turba que quemaba banderas y neumáticos en las calles, que dañaba automóviles, que alteraba el orden público desafiando a la policía, que profería amenazas, que portaba armas ilegalmente, que incumplió la orden de devolución del niño Elián en franco desacato a la autoridad, en un desesperado intento por mantenerlo secuestrado; aquella turba que logró poner en jaque a la ciudad durante varios meses, no tenía nada que ver con el juicio, no influiría en los posibles jurados", apuntó el doctor Rodolfo Dávalos en su libro Estados Unidos: Cinco Héroes un juicio silenciado.

Unos meses después, hasta la propia prensa no tuvo más remedio que reconocer: "Había miedo de ser jurado".

SIN COMENTARIOS

Quedó demostrado en las audiencias para la selección del jurado que las 164 personas seleccionadas como candidatos, examinadas ante la Jueza, en el llamado Voir Dire ("decir la verdad" en el proceso de preguntas y repreguntas de las partes), ninguna de ellas admitió públicamente tener una impresión favorable hacia Cuba. Los tres aspirantes que ofrecieron opiniones con cierto aire de equilibrio fueron vetados por la Fiscalía. Solo quedaron quienes se manifestaron de forma homogénea en su sentimiento de hostilidad hacia la nación antillana.

Tal es así que algunos de los candidatos en sus respuestas acerca de la capacidad para apreciar las declaraciones de los testigos cubanos que propondría la defensa dijeron: "Para mí todos son mentirosos. Mienten por cualquier cosa ..."; "No le creería a testigos procedentes de Cuba ..."; "No le creería a ningún agente proveniente de Cuba ...", mientras los criterios de aquellos que quedaron son harto elocuentes: "Creo que Castro es un dictador comunista y yo me opongo al comunismo. Me gustaría que se fuera ..."; "Estoy fuertemente opuesta al comunismo. La política de Estados Unidos hacia Cuba es justa ...".

Pero, como ha planteado el doctor Dávalos, "una especie de postigo que nos diera acceso a la interioridad de aquellos hombres que se enfrentaban a la eventualidad de tener que actuar como jurados en un caso de supuestos ‘agentes’ cubanos, quedó abierto cuando algunos tuvieron, al menos, el valor de expresar sus temores en las ruedas de preguntas".

Entre las opiniones vertidas quedó claro que "me sentiría un poco intimidado, y quizás un poco temeroso por mi propia seguridad si no regreso con un veredicto que esté en concordancia con lo que la comunidad cubana siente como ellos deberían sentir el veredicto" ... "Si deseas saber la verdad, yo sufriría un ataque de nervios" ... "Creo que sí, tengo algún miedo por mi propia seguridad, si no regreso con un veredicto en concordancia con toda la comunidad cubana", confesaron unos.

Otros refirieron: "Estaría preocupado ante la reacción que podría tener lugar", al tiempo que se recalcaba "creo que muchas personas son de extrema derecha, hay tantos fascistas por aquí ...".

También a los 12 miembros, elegidos de esos 164 posibles, se les hicieron interrogantes claramente políticas como si estaban a favor o en contra del bloqueo económico contra Cuba, incluso las intimidaciones llegaron más lejos, pues se hicieron denuncias en que aseguraban de que eran objeto de filmaciones a la salida de la Corte.

El 2 de diciembre del 2000, El Nuevo Herald, en artículo titulado "Miedo a ser jurado en juicio de espías" afirmaba: "El miedo a una reacción violenta por parte del exilio cubano si un jurado decide absolver a cinco hombres acusados de espiar para el régimen de la Isla, ha llevado a muchos potenciales candidatos a pedir a la jueza que los excuse del deber cívico".

Y no podía ser de otra manera en Miami. Con la selección del jurado se consumó un acto inconstitucional. A fin de cuentas, como sentenciara el doctor Julio Fernández Bulté, "el juicio seguido contra los Cinco es una de esas causas extraordinarias en que está en juego, de modo particular, la credibilidad en la supuesta lucha antiterrorista que ha proclamado Estados Unidos y los fundamentos mismos de la legalidad norteamericana".

DEL LÉXICO JURÍDICO

En el léxico jurídico la palabra causa tiene varias acepciones. Una de ellas es: proceso o expediente judicial, radicado por el órgano penal competente, para juzgar a determinadas personas presuntamente sospechosas o acusadas de haber cometido una infracción penal prevista en la ley.

De acuerdo con esta acepción, la causa o proceso en el cual han sido juzgados los Cinco es un expediente judicial radicado como: Case No.98-721-CR-Lenard; United State District Court, Southern District of Florida, Miami Division; lo que equivale a decir que se trata del caso no. 721 del año 1998, turnado a la jueza Joan Lenard, de la Corte Federal del Distrito Sur de la Florida, división Miami, de Estados Unidos

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Diez años de injusticia (II) El “Chu”

Así se le dice al hueco en el lenguaje de los presos. En las celdas de castigo fueron confinados en tres ocasiones, la primera de ellas durante 17 meses

s un espacio de cuatro metros de largo por dos de ancho. Tiene una puerta metálica. Las paredes y el piso destilan humedad. Le dicen "El Chu" en el argot de los presos. Es "El Hueco"o "Special House Unit" (Unidad de Alojamiento Especial, SHU, por su sigla en inglés). Pertenece a una edificación bastante moderna. En Estados Unidos la construcción de prisiones es un gran negocio.

A ese lugar, en el piso 12 del Centro de Detención Federal de Miami, fueron trasladados los Cinco el 29 de septiembre de 1998, tras haberles negado las fianzas el día 22 del propio mes.

"Esta es una unidad para presos que están castigados (o sea, más castigados de lo normal), o para casos muy peligrosos o de extrema seguridad. Para el caso es lo mismo, porque a uno lo tienen bajo el mismo régimen, no importa si estás castigado o si te tienen allí por razones de seguridad. Allí nos tuvieron 17 meses, que no es un récord, pero es muy buen average", dijo en la primera carta que pudo escribir a su familia Gerardo Hernández Nordelo en febrero del 2001.

Para el abogado Paul McKenna, uno de los integrantes del equipo de la Defensa, esas celdas son como una "...cáscara de nuez...", un "...cuarto semejante a un armario...".

LA "VIDA EN EL HUECO"

La comida se entrega a través de ventanillas que tienen las puertas de hierro y que también se abren y se cierran con llaves. Por lo general es la misma alimentación que ofrecen en el resto del penal, "pero menos cantidad porque las bandejas en el hueco son más chiquitas", según Gerardo.

Al describirlas dijo que son unas celdas bastante pequeñas que tienen adentro un inodoro-lavamanos de metal, una ducha, un pedazo de meseta de concreto que sirve de mesa, otro pedazo de concreto que hace de silla y una litera de hierro. Allí era obligado pasar las 24 horas del día. "Solo nos sacaban una hora al día a ‘recreación’, días entre semana, si no llovía, si no tronaba y si no era feriado. La ‘recreación’ consiste en llevarte a otra celda más grande que tiene un pedazo de malla en una parte del techo por donde entra aire de la calle. Allí puedes ‘recrearte’ todo lo que quieras corriendo o caminando, porque no hay nada más que hacer".

VIOLACIONES TRAS VIOLACIONES

En septiembre de 1998 la Fiscalía presenta 25 cargos contra ellos. Cuando llevaban ocho meses de encarcelados, o sea, en mayo de 1999, añaden un cargo que no estaba en la acusación inicial: el de conspiración para cometer asesinato imputado a Gerardo. Para esa fecha los Cinco permanecían en el "hueco", en franca violación del Reglamento del Buró de Prisiones del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el cual establece de modo claro que semejante sanción se aplica solo para "casos disciplinarios" y por un "máximo de 60 días".

Cuando fueron enviados nuevamente al Hueco el 28 de junio del 2001, se denunció que en grosera represalia, resultaron despojados de todas sus pertenencias, incluidas cartas, fotos, poemas y hasta el más pequeño pedazo de lápiz.

En una de las Mesas Redondas transmitidas después de haber dado a conocer la historia de los Cinco en junio del 2001, el doctor Julio Fernández Bulté, profesor de la Universidad de La Habana, destacó que esa irracional actitud de las autoridades estadounidenses contravino la Declaración sobre la Protección de todas las personas contra la tortura y otros tratos inhumanos y crueles, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de noviembre de 1975, así como otras disposiciones de la ONU. En el caso de los antiterroristas cubanos, esa práctica, impuesta de forma excesiva, transgredió numerosos de esos acuerdos y constituyó una forma deliberada de tortura. La clara intención era quebrantarlos.

Al ser llevados otra vez al hueco en el 2003, Gerardo especifica: "Allí tenían personas con graves problemas de conducta, cada uno solo, y en ropa interior. Algunos, estando en las celdas regulares del hueco, le habían dado candela a las colchonetas, otros habían agredido a los guardias, otros habían intentado suicidarse, y así sucesivamente. En el mes que estuve allí no pude verle la cara a ninguno de ellos, pero conocí a varios por sus gritos y lamentos y supe que a algunos los tenían amarrados a las camas y que tenían problemas mentales. En mi caso, me dejaban la luz encendida las 24 horas. Todas las celdas, menos la mía, tenían las puertas de hierro abiertas, por lo que algunos podían comunicarse con los de al lado gritando. Cuando me sacaban a bañarme, dos o tres veces por semana, cerraban automáticamente las puertas exteriores de las demás celdas para que no pudieran verme a través de las rejas, ni yo a ellos, y las volvían a abrir cuando ya yo estaba de regreso, con mis dos puertas cerradas.

"En esas condiciones pensaban mantenernos por lo menos un año, y fue gracias a las protestas y manifestaciones de solidaridad de muchos compañeros que solo estuvimos un mes. Durante ese tiempo no me permitieron tener nada de leer. Después de mucho pedirlo, me dieron unas hojas de papel y un repuesto de pluma para escribir a mi abogado. El sobre lo tuve que fabricar con ese mismo papel, y pegarlo con pasta dental."

EL ABRAZO DE LA SOLIDARIDAD

Recuerda a Granma Graciela Ramírez Cruz, coordinadora del Comité Internacional por la Libertad de los Cinco que "cuando nos enteramos de que los habían metido de nuevo en el hueco —del 28 de febrero al 30 de marzo del 2003—, nos impresionó muchísimo". Fue una acción injustificada, "sin nada que amparara una sanción tan terrible".

Por ejemplo, Antonio Guerrero, se encontraba impartiendo clases de Matemática en la prisión aquel día de febrero. "Lo interrumpieron y lo sacaron de entre sus alumnos sin explicación", señala Graciela, quien también explica cómo a Gerardo lo dejaron "solo con su ropa interior en momentos en que todavía era temporada invernal".

Pero lo peor fue que "Gerardo estuvo solicitando asistencia médica durante casi los 30 días del hueco porque le caían las aguas albañales del piso de arriba sobre su rostro. Él tenía el temor de dormirse, pidió que taparan ese orificio y jamás fue atendido. Esa fue una de las situaciones, además de la extrema soledad, el aislamiento y la presión sobre ellos, que puso en alerta al movimiento de solidaridad en el mundo, porque además los mandaron al hueco en el preciso instante en que se preparaban para presentar sus documentos de apelación. La orden de impedir que pudieran trabajar con sus abogados fue enviada desde Washington".

Constan cada uno de los correos que entonces se enviaron al Departamento de Estado, a organismos de derechos humanos, al buró de prisiones. En 30 días los amigos solidarios llegaron a recaudar más de 6 000 firmas que denunciaban esa violación.

El abogado Leonard Weinglass, cuando tuvo ocasión de visitar a su defendido, Antonio, comentó que también se había sentido prisionero, porque de hecho le pusieron en una especie de cabina donde apenas podía tomar notas y el diálogo se producía a través de un auricular. Como expresara en su momento Weinglass, la imagen de Tony saliendo del hueco es "inolvidable".

Precisamente, en mayo del 2005, ante las violaciones cometidas y tan injusta prisión se pronuncia el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, al emitir una decisión técnica, que no cuestionó el sistema jurídico norteamericano. Se derivó del estudio de la documentación del proceso y concluyó que la detención arbitraria se produjo desde el primer momento del arresto en Miami.

En aquella ocasión, esa instancia de la ONU dijo que el gobierno de Estados Unidos debía adoptar las medidas necesarias para poner fin a esa situación irregular y lejos de atender esa solicitud, que acoge una reivindicación inclaudicable del pueblo cubano, también enarbolada por cientos de miles de personas honestas del planeta, Washington dio nuevos pasos para consolidar el absurdo régimen de detención impuesto contra los Cinco.

Para llegar a tales reflexiones los expertos tuvieron en cuenta una combinación de tres factores: el confinamiento solitario, la aplicación del acta de información clasificada (CIPA) y el ambiente inadecuado en el que se hizo el juicio.

En opinión de Roberto González, integrante del equipo de la defensa y hermano de René, esos criterios no los dieron sobre la base de que "los Cinco son hombres valientes, eso es cierto, pero hay otros presos valientes, ni porque tienen una buena familia, porque también hay otros presos que tienen buenas familias, el asunto de este tema es que los Cinco son inocentes, no porque sean valientes ni porque tengan familias, sino porque son personas que tienen derecho a la libertad, porque se les han violado todos sus derechos en un proceso penal".

AQUÍ SE HABLA DE HONOR Y DIGNIDAD

Durante estos diez años tras las rejas, las veces que fueron llevados al hueco han sido para Gerardo, Fernando, Antonio, René y Ramón, uno de los periodos más duros.

No obstante, al hacer la evaluación de aquellos 17 meses en celdas de confinamiento solitario, Gerardo expuso en la mencionada carta a su familia en febrero del 2001: "Fue una etapa bastante dura, no solo por las condiciones sino porque coincidió que eran los primeros meses".

Y sin dejar a un lado el humor innato que suele caracterizarle, comentó: "De todos modos, como decía Gustavo Adolfo Bécquer, ‘eso no es pedo que moje calzoncillos’ y en un par de meses ya le habíamos cogido la vuelta al hueco", porque "el Hueco también fue una ‘escuela’. Aprendimos mucho de nosotros mismos y de los demás, del honor y de la dignidad humana... ".

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Diez años de injusticia (I) El comienzo

El 12 de septiembre de 1998 fueron detenidas en la ciudad estadounidense de Miami diez personas por “trabajar para un gobierno extranjero”. El hecho fue publicitado por la prensa con el nombre de la Red Avispa

"Lo primero que me llamó la atención, y así lo denunciamos en Naciones Unidas, fue que resultaba asombroso que el país más espiador del mundo acusase de espionaje al país más espiado del mundo".

Fidel 20 de octubre de 1998 Entrevista concedida a la CNN

Todo empezó el 12 de septiembre de 1998, sobre las 5:30 a.m. En casa. Allí los detuvieron y los llevaron al Headquarter del FBI en Miami, "para una entrevista de ‘convencimiento’ a que colaboráramos y traicionáramos, con ciertas promesas a cambio". Ramón Labañino Salazar le narra lo sucedido de esa manera a su esposa Elizabeth 17 meses después del arresto, cuando pudo escribir la primera carta.*

Se han convertido en bandera de lucha de la solidaridad internacional.

Entonces le confirmó que como era obvio, nada tenía que decir y que después de varios intentos fallidos "sin más que lograr, nos llevaron en auto al FDC (Federal Detention Center) en Miami, en el corazón mismo del Downtown Miami, donde hemos estado todo este tiempo".

"Desde que entramos —dijo—, fuimos llevados directamente al piso 13, donde estuvimos 18 días. Es una celda solitaria, con cama litera de hierro toda, con colchón, meseta de concreto, inodoro de barro, una silla metálica, y solo una colcha para dormir. Los tres primeros días, desde el sábado 12 de septiembre del ’98, hasta el lunes 14, que fuimos por primera vez a lavarnos la boca, no aseo, ni baño, ni peine... , nada de nada. Así es que bajamos por primera vez al show federal".

Esa primera cita en el tribunal fue para declarar que no tenían dinero "y que por tanto se nos asignaría un abogado de la Corte. Allí, aquella vez, estuvimos presentes los diez".

Durante el operativo policial fueron detenidas diez personas. En ese momento el FBI las identificó como René González, Alejandro Alonso, Antonio Guerrero, Luis Medina, Rubén Campa, Manuel Viramontes, Nilo Hernández y su esposa Linda, y Joseph Santos y su esposa Amarilys Silverio. Fueron sometidos a brutales presiones. La verdadera identidad de tres de ellos no la habían podido determinar.

LA PRENSA DE MIAMI: ¡VAYA PAPEL!

Un diluvio de propaganda mal intencionada y fraudulenta que creó el ambiente propicio para condenarlos posteriormente, rodeó los hechos. Fueron presentados como una red tenebrosa y llena de complejos aparatos tecnológicos. La prensa de Miami resultó ser la encargada de desatar esa campaña. El martes 15 de septiembre esta se hizo eco del suceso en términos acusatorios al decir que todos estarían implicados por "trabajar como agentes del Gobierno de Cuba y de tener como objetivo la obtención de informes sobre instalaciones militares y grupos exiliados del sur de la Florida".

Y se expresó más adelante con total cinismo, que este "podría ser un indicio de la decisión norteamericana de ser más severos con los agentes de La Habana que se pueden infiltrar con facilidad en los grupos de exiliados de Miami, con el fin de provocar incidentes". Un argumento insólito.

Cuba jamás ha ocasionado daños a Estados Unidos. Es desde territorio estadounidense que los grupos terroristas, que con total impunidad proliferan en el sur de Florida, han enlutado a miles de familias de la Isla por sus acciones criminales.

No resulta extraño tampoco que entre los titulares de los periódicos estuviese el siguiente: "Arrestos no fueron sorpresa para los exiliados". Es cierto, porque, en Washington, el congresista cubano americano Lincoln Díaz Balart enseguida declaró que no le causaba asombro la noticia ya que Héctor Pesquera, entonces director de la Oficina del FBI en Miami lo había llamado de inmediato, pero dijo más: aseguró estar debidamente informado, incluso antes de que los hechos fuesen publicados.

Lo que evidencia los nexos de la ultraderecha cubano americana y la participación del FBI en esa ciudad del sur de Florida en el proceso que seguiría después.

La causa se radica el 2 de octubre, al otro día, aparece en las páginas de los diarios que "un Jurado Federal de Instrucción de Miami encausó el viernes a diez personas arrestadas el mes pasado, acusadas de espionaje contra Estados Unidos y de haber servido de agentes ilegales del gobierno comunista de Cuba.

"(... ) los investigadores todavía no conocen las verdaderas indentidades de tres de los acusados descritos en un nombre muy propio de ellos (que utilizan para clasificar a los individuos sin identificación), John Doe no. 1, identificados inicialmente como Viramontes, John Doe no. 2, identificado inicialmente como Medina, y Rubén Campa como John Doe no. 3. Se ha ordenado que se mantengan los diez detenidos sin derecho a fianza y pendientes de juicio".

Luego se publica como pan caliente un informe completo —parcializado además—del agente del FBI Raúl Fernández, a quien señalan como jefe del operativo, en el cual concluye que "existe una causa probable de que estos (...) hayan violado el Título 18 USC, Sección 794, que es conspiración para reunir y entregar información de defensa para ayudar a un gobierno extranjero".

La EFE, refirió en un despacho que "tres de ellos, si son encontrados culpables, podrían enfrentar cadena perpetua". ¡Tempranas especulaciones!

LO QUE LES HACÍA FALTA

El 13 de noviembre, también la EFE, puso sobre el ruedo un despacho tendencioso en el que alegaban que "las autoridades estadounidenses están investigando la presunta relación de la red cubana de espías con el derribo de dos avionetas de la organización del exilio Hermanos al Rescate, ocurrida en 1996". Mientras ,The Miami Herald anunciaba que "el ataque de dos cazas cubanos contra las avionetas de la agrupación anticastrista provocó la muerte de cuatro hombres y ha sido el foco de la investigación en el caso de los espías".

Como era de esperar, fabricaron un vínculo entre los detenidos y la acción realizada por el Gobierno de Cuba en legítima defensa de su soberanía nacional. Con este ingrediente toma sabor político la causa, más por aquellos días en que se intentaba consumar un proceso a favor de Hermanos al Rescate en un tribunal de Florida que permitiría cobrar luego —en el año 2000— a los familiares de los pilotos derribados un multimillonario resarcimiento con el dinero que el Departamento del Tesoro tiene congelado en bancos norteamericanos desde el triunfo de la Revolución, en virtud del bloqueo.

El juez Superior de Distrito, Lawrence King, alineado con la mafia terrorista miamense, desempeñó un papel importante en esta trama al dictaminar que La Habana debía compensar a esas familias con 187,6 millones de dólares, "en concepto de indemnización compensatoria y daños punitivos".

En una entrevista que ofreciera el Comandante en Jefe Fidel Castro a la cadena televisiva CNN, el 20 de octubre de 1998, cuando se le preguntó acerca de este caso aseveró: "Sí, a veces hemos enviado ciudadanos cubanos que se han infiltrado en organizaciones contrarrevolucionarias, para informar de actividades destructivas contra nuestra patria, y creo que tenemos derecho a hacerlo mientras Estados Unidos tolere que desde allí se organicen sabotajes, incursiones armadas, ametrallamiento de instalaciones turísticas, introducción de armas, explosivos, y, sobre todo, brutales atentados terroristas".

PARÉNTESIS

El 20 de junio del 2001 se develó la historia. Entonces la opinión pública nacional e internacional conoció quiénes son Antonio Guerrero Rodríguez, Gerardo Hernández Nordelo (Manuel Viramontes), Fernando González Llort (Rubén Campa), Ramón Labañino Salazar (Luis Medina) y René González Sehwerert, y el porqué de su anónima lucha.

Antes, el 17 de junio, después de imputárseles el veredicto de culpabilidad y en un mensaje al pueblo estadounidense, confirman que "en nuestros días de prisión hemos reflexionado sobre nuestra conducta en este país y reafirmamos la más profunda convicción de que con nuestra actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en peligro la seguridad del pueblo norteamericano y sí contribuimos en alguna medida a descubrir planes y acciones terroristas contra nuestro pueblo, evitando la muerte de ciudadanos inocentes cubanos y norteamericanos".

Paradójicamente, entre el 16 y 17 de junio de 1998 autoridades de la Seguridad del Estado cubano, en un intercambio con el FBI, le entregan 230 páginas sobre las actividades terroristas contra Cuba, cinco videocasetes con conversaciones e informaciones transmitidas por las cadenas de televisión referidas a actividades criminales contra la Isla y ocho casetes de audio, ascendentes a dos horas y 40 minutos, sobre llamadas telefónicas de terroristas centroamericanos que estaban detenidos con sus mentores en el exterior. El FBI admite estar "impresionado" por la abundancia de pruebas y responde que contestará en dos semanas.

Sin embargo, el 12 de septiembre de 1998 lo que intentaron fue "matar" a los posibles mensajeros.

*Elizabeth recibió la primera carta el 20 de enero del 2001.

Fuentes consultadas: Mesas Redondas Informativas "En las entrañas del monstruo", junio del 2001.

Libro El dulce abismo.

Testimonio de familiares de los Cinco.

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